Sentir que la Semana Santa de Yecla, a la luz de los farolicos, vuelve a ser distinta a las demás ciudades


El domingo comenzaron a sonar las primeras notas de esas canciones y, de repente, algo por dentro se removió en los ciudadanos de Yecla. Lo hemos repetido muchas veces en este espacio y no me cansaré de decir que somos una ciudad de fiestas. Y, orgulloso de ello, se nos llena la boca al decir que nos gustan las nuestras, las que nos hacen diferentes a otra ciudad. No solo por la manera de hacerlas, sino por la manera de sentirlas.
Se abren las puertas a la Semana Santa con los primeros actos. Así lo mencionaba la Alcaldesa de Yecla, especificando que con esa revista y programa oficial estábamos caminando por esas paginas que nos acercan a nuestra Semana Santa. El día de ayer fue un buen inicio de lo que está por llegar. Se acordaron de los que ya no están, pero dejaron una huella en muchos de los que ahora encabezan dos agrupaciones musicales que consiguen poner los sentimientos a flor de piel. Por ello, al compás de ese gitano de Sevilla dejaron claro que, cada una de ellas, tocan para un fin común, una semana de fe y cultura.
Reconocimientos que no quedaron en vano de grandes personas que son las que realmente saben qué es lo que se cuece en estas fiestas. Y no os voy a engañar cuando os digo que es muy gratificante escuchar a personas que tienen pasión por ellas. Semblanzas que puedes confiar en un buen amigo y quien mejor que alguien que te conozca casi igual que un familiar cercano.
En definitiva, nos pusieron la miel en los labios para de nuevo esperar unas fiestas que nos harán: aplaudir a las agrupaciones y bandas en el atrio de la purísima, emocionarnos al ver de nuevo salir los tronos de la basílica; la adrenalina de correr en el último momento por algún fallo, pero finalmente, solventarlo, como dirían ‘ya son muchos años de aprendizaje’; lucir las mantillas con la importante presencia de las manolas; el respeto de vestir a las imágenes. Pero, sobre todo, sentir que la Semana Santa de Yecla, a la luz de los farolicos, vuelve a ser distinta a las demás ciudades.
