La nueva plataforma «YECLA SIN MACROGRANJAS» se pone en marcha para tratar este asunto

Esta nueva plataforma comunican como está la situación de las macrogranjas y como repercute en los trabajadores y ciudadanos del municipio.
Yecla, 25 de noviembre de 2022 (nota de prensa de Yecla Sin Macrogranjas)
El pasado mes de julio, mediante un procedimiento de urgencia, se publicó en el Boletín Oficial de la Región de Murcia el avance propuesto por el Excelentísimo Ayuntamiento de Yecla de una modificación del Plan General de Ordenación Urbana por el que se habilitan más de 5.000 hectáreas de nuestro término municipal para la implantación de lo que eufemísticamente llaman “actividades de muy alta ocupación del suelo no urbanizable”.
Básicamente, y para que todos lo podamos entender, entre estas actividades se incluye la implantación de MACROGRANJAS. Inicialmente, con fecha 4 de agosto, se llevó a cabo una reunión de un grupo de vecinos con nuestra alcaldesa, Doña Remedios Lajara, en la que se llegó al acuerdo de realizar unas sugerencias y plantear unas alternativas a las que ella se comprometió en contestar.
Pasados tres meses y ante la falta de respuestas, varios agricultores, vecinos, representantes de industrias y actividades ligadas al mundo rural, bodegas, almazaras, instalaciones de turismo rural, entre otros., nos reunimos y decidimos constituir una plataforma contra este despropósito que pretende realizar nuestro gobierno municipal, que en lugar de defender los intereses de los yeclanos están realizando lo que nosotros consideramos el mayor atentado medioambiental que nadie hubiera imaginado nunca.
En nombre de esta plataforma, simplemente llamada “YECLA SIN MACROGRANJAS”, se solicitó una reunión con la alcaldesa que se celebró el pasado miércoles 16 de noviembre y en la que se expuso de nuevo la absoluta oposición a la modificación del plan de ordenación urbana de Yecla, que posibilita la proliferación incontrolada de macrogranjas en parajes del entorno yeclano y supone la mayor amenaza imaginable para agricultores, ganaderos, así como el peligro incontestable que supone para los acuíferos del entorno de la ciudad de Yecla y por supuesto, para todos los vecinos de esta ciudad.
Se expusieron a la autoridad municipal argumentos claros y evidentes del peligro que supone esta modificación del Plan urbanístico y de los cuales, el gobierno municipal será responsable directo, puesto que son ellos los que tendrán que decidir si, atender y proteger los intereses de los yeclanos, o por el contrario, atender los intereses de un sector productivo, el de las macrogranjas, que no aportan ningún beneficio a nuestro pueblo, ni representa el entorno de esta nuestra ciudad, pero si son la mayor amenaza para nuestra tierra, nuestros cultivos, nuestras propiedades y nuestros acuíferos.
Esta modificación del Plan General de Ordenación Urbana, que nadie ha pedido y que a nadie beneficia -más allá de a la industria porcina- se produce después de la batalla de nuestro pueblo contra la instalación de una macrogranja a los pies del Arabí.
¿Tenemos que permitir los yeclanos entonces que se puedan instalar Macrogranjas en nuestro término municipal?
Para empezar, esta modificación posibilita instalar macrogranjas en amplias zonas del campo yeclano, en una superficie equivalente a 5.000 estadios de fútbol, por lo que, en la práctica, y para que quede claro no existirá ningún paraje resguardado de esta amenaza. Además, si tenemos en cuenta que Yecla se encuentra sobre el mayor acuífero de la comarca, es evidente que los residuos contaminantes que genera la industria porcina afectarán a nuestros acuíferos, envenenando cultivos y aguas de todo el
término municipal, puesto que los purines se pueden distribuir por todo el territorio yeclano, no tiene por qué ser únicamente en el entorno de la macrogranja.
Cualquier casa de campo, refugio, nave agrícola o vivienda del término podrá sufrir los efectos dañinos de estos purines y, además, no hay que ignorar factores tan determinantes como la dirección de los vientos dominantes en esa zona de Yecla, que llevarán el hedor de los purines directamente hacia el casco urbano.
Por otra parte, no se limita la distancia entre macrogranjas, ni el número máximo de instalaciones. Muy al contrario, facilita su instalación permitiendo la ocupación del 15% de la parcela, cuando para explotaciones agrícolas se limita al 4%. Esto, en definitiva, significa que ningún cultivo, vivienda o negocio rural estaría protegido de los olores y la contaminación que produce una macrogranja. Muy al contrario, el turismo rural en toda su extensión (viviendas, almazaras, restaurantes, bodegas y casas rurales) verá irremediablemente truncado su medio de vida, haciendo perder a Yecla su carácter de pueblo apegado a la tradición agrícola respetuosa con el medio ambiente, que tan bien cuidaron nuestros antepasados y que ahora nosotros debemos seguir protegiendo.
Cuando en cualquier pueblo de España el clamor popular es contra las macrogranjas, cuando en otros pueblos afectados los políticos de todos los partidos se unen en contra de estas aberraciones medioambientales, en Yecla nuestra autoridad municipal intenta colarnos una modificación tan profunda del modelo de ordenación que habilita para macrogranjas en más de 5.000 hectáreas de nuestro término municipal, como una modificación puntual, -como si fuera algo banal y sin importancia- , y no como una modificación estructural, que afecta de manera extensa y profunda la ordenación de nuestro territorio.
Ante esta grave situación en la que nos encontramos, nos estamos uniendo en defensa de nuestros intereses como afectados, que no son otros que los intereses del pueblo entero, que vive de las tierras y el agua que nos alimentan, que quiere seguir viviendo y disfrutando de sus paisajes, caminos y montes,
paseando sin pestes extrañas e insalubres.
Con este propósito hemos pedido al equipo de gobierno de Yecla una solución que sólo puede pasar por tener en cuenta las alternativas y sugerencias que presentamos en su momento, en el sentido de endurecer las condiciones para instalar macrogranjas, limitando su número, territorio permitido, condiciones sanitarias, así como las distancias al casco urbano, negocios y viviendas de todos los vecinos.
Por último, y una vez hemos explicado todos los perjuicios que traerían a Yecla este tipo de industrias, solicitamos, es mas EXIGIMOS de nuestra máxima autoridad municipal una retirada urgente y completa de esta nueva norma, y su sustitución por otra que defienda los intereses de todos los yeclanos.
El interés común debe prevalecer sobre intereses particulares, que solo benefician a un grupo reducido de empresas, y que nada aporta a nuestro pueblo, solo miseria. No podemos permitir y quedarnos de brazos cruzados ante esta norma que desprecia nuestra esencia, nuestro amor por el campo, nuestros paseos andando o en bicicleta, nuestro paisaje y nuestra economía tradicional, que quedará irremediablemente destruida. Quedamos expuestos a la desertización y contaminación de nuestros acuíferos.
¿Quién va a querer vivir en un pueblo insano y que apesta, lleno de moscas, lodos y purines? ¿Es este el legado que queremos dejar?
¿De verdad hay alguien en Yecla que vea algún beneficio a este tipo de industria?
